sábado, 31 de agosto de 2013

Conquistas, rebeliones y sucesiones.

A pesar de la gran cantidad de conquistas del Imperio Incaico nunca logro consolidarse o afianzarse, el sentimiento de identidad de los sujetos conquistados seguía de la mano de sus etnias y no del imperio en sí.
En el plano de las conquistas existían de diferentes tipos:
Vestimentas y armas guerreros Incaicos.
Las conquistas pacificas se caracterizaban por ir de la mano con el sistema de reciprocidad, el Sapa Inca o un Curaca que lo representaba iba a la comunidad que se buscaba conquistar y ofrecía los términos de retribución, muchas etnias se unieron al Imperio buscando protección y ayuda del Inca. Luego se encontraban las conquistas relámpago, llamadas así por la inmediatez de estas, se trataba de la conquista de pequeños poblados los cuales no iban a poder ser capaz de defenderse frente al poder del imperio, por lo cual al poco tiempo de guerra tendrían que unirse a la causa de los Incas.
Si la conquista pacífica y por medio de la reciprocidad no daba fruto se acudía a las armas, muchos grupos cayeron, mientras que otros sostuvieron grandes resistencias locales, ejemplo de esto son los Guarco’s, estos eran un pueblo belicoso, el cual dio dura e intensa pelea frente a las arremetidas Incaicas. La conquista de este pueblo tarde entre 3 o 4 años, siendo uno de los que más se resistió al poderío del Imperio. Otro grupo que tuvo una gran resistencia fue el de los Collec’s, los cuales de la mano de su poblado y la presencia de dos fuentes de agua, se encerraron en su territorio durante largo tiempo haciendo dura la tarea de conquista Incaica.
Luego de una gran cantidad de conquistas y por ende un crecimiento a gran escala, el ejército Inca llego a tierras Yunga’s, pueblo al que conquistaron y de que ganaron muchos recursos y metales preciosos, fue tras que el Imperio del Sol se alzó frente a territorio andino y justifico su magnificencia.
Se dice que Tupac Yupanqui, sucesor de Pachacutec, fue el que más cantidad de conquistar desarrollo y  que Huayna Capac, pos Yupanqui, fue el que llego a las zonas más alejadas mediante la guerra y dejando de lado el principio de reciprocidad.
Formación Ejercito Inca.
Debido al gran crecimiento del Imperio y la carencia de unidad en este se fueron volviendo cada vez más frecuentes las rebeliones de señoríos locales e incluso dentro de la nobleza, ejemplo de esto es cuando el hermano de Tupac Yupanqui se alzó para quitarle el poder a su hermano, realizando una gran revuelta por la disputa del poder.
Fue tanto para la expansión, como para el control de estas revueltas y rebeliones donde el ejército incaico tomo más importancia. Dentro del ejército existían dos jefes, representantes de la dualidad, las etnias pertenecientes al ejército se dividían en grupos y cada una llevaba un tipo de armamento tales como, hondas, flechas, mazas, etc. Las etnias más antiguas eran las que iban más cerca del Sapa Inca debido a que estar eran las más fieles.
Sucesiones: El primer Sapa Inca fue Viracocha, luego vino Cusi Yupanqui con el nombre de Pachacutec, tras este se le dio el poder a Huayna Capac, al que lo sucedió Huascar, para finalmente asumir Atahualpa. Este último fue el que se encontró con los españoles, siendo finalmente asesinado por Pizarro.

Expansión y Desarrollo.

Guerra contra los Chancas: Esta guerra responde a la necesidad que tuvieron los Incas de explicar su realidad, es decir, de contar los acontecimientos que desataron la expansión incaica. La macro etnia de los Chancas, situada en la región de los ríos Pampas y Pachachaca, aspiraba también a la expansión territorial. Sus conquistas la habían conducido al sur de sus dominios y la región de Andahuaylas.
Fotografía ciudad del Cuzco hoy en día.
Esta macro-etnia estaba compuesta, al igual que los Incas, por Ayllus (familias) las cuales se dividían en los siguientes grupos: los Hancohuallus, los Utunsullas y los Urumarcas, habitantes del río Valle del río Pampas; Los Vilcas de la meseta que esta sobre la orilla izquierda del mismo río  los Pocras de los valles que circundan la actual ciudad de Ayacucho, los Iquichanos de las montañas del norte de Huanta, Los Morochucos de Cangallo y por último, los Tacmanes y los Quiñuallas que vivían entre Abancay y la cordillera nevada.
Fue durante el gobierno de Viracocha que los Chancas salieron de sus tierras decididos a conquistar el mundo, partieron de Paucaray, su pueblo de origen. Un grupo tomo la ruta hacia el Contisuyo, mientras que el último grupo tomo la ruta más directa al Cuzco, este era conducido por Tumay Huaraca, que había sido designado como encargado de negociar la rendición del Inca Viracocha.
Al llegar los Chancas y enviar a un grupo a comunicar al Inca su llegada, Viracocha huyó despavorido con sus dos hijos, Urco y Socso, mientras que en la abandonada ciudad solo permaneció el joven Cusi Yupanqui, con sus generales Vicaquirao, Apo Mayta Y Quiliscachi Urco Guaranga, a quienes se unieron sus cuatro servidores o criados: Pata Yupanqui, Muru Uanca, Apo Yupanqui Y Uxula Urco Guaranga. En este caso aparece el número ocho el cual representa un múltiplo de la dualidad y por lo tanto de la cuatriparticion, cifras organizadoras que figuran en el sistema cusqueño. Cusi Yupanqui venció la batalla contra los chancas y castigo a las principales Chancas ahorcándolos y poniendo sus cabezas en altos palos, siendo sus cuerpos quemados en señal de escarmiento.
Tras la victoria Incaica en la Batalla de Cuzco, los Incas pasaron a la ofensiva y volvieron a vencer definitivamente a los Chancas en la Batalla de Yahuarpampa y sumaron los restos del ejército Chanca bajo el mando de Anco Haullu a su ejército, como era su costumbre. De esta manera se marcó el comienzo de la expansión territorial que continuarían sucesivamente el mismo Pachacutec (Cusi Yupanqui), Capac Yupanqui, Túpac Yupanqui y Huayna Capac.
El domino Incaico se ve reflejado en los establecimientos urbanos, santuarios, palacios, recintos, caminos, tambos, depósitos y andenes,  que quedaron como huellas de su permanencia.
Mapa ciudad del Cuzco - Forma de Puma.
La reconstrucción del Cuzco se dio por medio de la reciprocidad: Yupanqui convoco a los Curacas  a que viniesen a la capital trayendo alimentos y el mayor número posible de gente. Duro 20 años, con el trabajo permanente de 20 mil hombres, los cuales rotaban bajo el sistema de trabajo de la mit’a. Tras esto el Cuzco se conformó con forma de puma, dos plazas centrales y 12 barrios en sus “orillas”.
Se formaron 4 curacazgos o regiones denominadas como: Chinchaysuyu (noroeste), Antisuyu (noreste), Collasuyu (sureste) y Contisuyo (suroeste), que juntas formaron el Tahuantinsuyo.
Acorde al crecimiento del Tahuantinsuyo se iba haciendo cada vez más necesario la presencia de una red vial, muchos de los caminos establecidos existían desde el tiempo de los Wari y eran usados para fines religiosos. Poco a poco estos caminos se fueron ramificando llegando a establecerse en todo el Imperio. Es esencial entender que la red vial era indispensable para la organización incaica, no solo porqué en ellos se trasladaba al ejército y los funcionarios, sino por el transporte de productos cosechados en los territorios conquistados por los incas, traslado que era realizado por Chasquis.
Se sabe que los Curacas estaban obligados a ordenar el mantenimiento de las vías cercanas a sus dominios, limpiando la acumulación de tierra en los caminos, reparando el empedrado y la limpiando las acequias que protegían los caminos.
A la par de la existencia de los caminos se presentaban gran cantidad de puentes y tambos. Los puentes por su parte eran fundamentales debido a la realidad geográfica andina, eran construidos con troncos de árboles y trenzas de diferentes tipos de fibras. Por otro lado los tambos eran una especie de albergues ubicados en el camino, se encontraban repartidos aproximadamente 20 o 30km.  de distancia entre cada uno. En estos los Chasquis guardaban la comida que llevaban al Cuzco mientras descasaban.

La Reciprocidad en el Tahuantinsuyo.

En el Imperio Incaico la reciprocidad era un sistema organizativo socio-económico que regulaba la prestación de servicios de diferentes índoles, se utilizaba y servía como engranaje de la producción y distribución de bienes. Se basaba en un ordenamiento de relaciones entre los miembros de la comunidad, en la cual no existía el uso de dinero.
La reciprocidad actuó como eslabón entre los diversos modelos de organizaciones económicas presentes en el amplio territorio andino. Mediante este funcionó una economía sin el uso de la moneda.
Esquema Sistema de Reciprocidad.
De la mano de este sistema se estableció el parentesco como una de las bases de las relaciones económicas: las personas tenían la obligación de ayudar a sus parientes, es decir, todos aquellos que pertenecían a su Ayllu, y también el derecho a exigir de ellos ayuda en caso de que sea necesario. Con esto se generaba un compromiso de solidaridad en tareas agrícolas, de construcción, etc. Mientras durase la ayuda o trabajo el beneficiado debía alimentar a sus ayudantes, debido a esto se habla de redistribución. Fue además mediante la reciprocidad que la población se aseguraba la ayuda y protección de las autoridades o Curacas, e incluso del Inca en momentos de necesidad.
Cabe destacar además que si el Inca deseaba agradar y congraciarse con sus vecinos debía mostrarse generoso con ellos, es decir, darle mujeres, ropa, objetos preciosos, coca, entre otros. De cierta manera los Incas estaban obligados a poseer una gran cantidad de suministros para realizar regalos, era esencial para él contar con reservar para dar a cambio de los cuales recibiría la fuerza de trabajo indispensable.
El arraigo de este concepto durante el Tahuantinsuyo fue tan grande que no lo veían como un intercambio de favores sino como una responsabilidad con los miembros de su Ayllu y en contadas ocasiones con Ayllus vecinas. Al ser el Ayllu la estructura básica económica el Inca forzaba lazos con los Curacas, dándoles en matrimonio a sus hijas o en algunos casos incluso casándose con las hijas de los Curacas más importantes. En cierta medida el Sapa Inca estaba emparentado con todo su imperio, por lo cual se le consideraba como un Curaca máximo, esto último es señalado para entender la reciprocidad simétrica y la asimétrica: la primera se daba entre miembros de la misma Ayllu con base en el concepto “hoy por ti, mañana por mí”, es decir, una ayuda mutua en construcción de vivencias y el trabajo agrícola, mientras que la reciprocidad asimétrica se daba de los miembros de la Ayllu con el Sapa Inca a cambio de la recaudación de excedentes, es decir, el Inca brindaba al Curaca la seguridad externa y la asistencia en caso de desgracias y el Curaca le entregaba la ayuda de su Ayllu para las labores de construcción de obras comunales, tales como: puentes, caminos, etc.
Debido a las enormes proporciones del estado Inca, hacía falta lugares donde pudiesen congregarse los jefes étnicos vecinos a renovar sus alianzas de reciprocidad con el Sapa Inca por lo que se construyeron grandes plazas en las ciudades para estos rituales.
Sin duda la reciprocidad fue una de las bases fundamentales del desarrollo del Imperio Incaico, valor y responsabilidad que marco una forma de relaciones muy pocas veces vista.